El amor y el odio.
Daniel 10:21 Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.
«No muñeca, tú no eres Miguel, ¿te presto un espejo?»
«Estos mensajeros se ven infernales!»
«Ya te dije como no es Miguel, Miguel es así!»
Daniel 10:20 Y dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Porque luego tengo que volver para pelear con el príncipe de Persia; y al salir yo, luego viene el príncipe de Grecia… (eso sin mencionarte la llegada del príncipe de Roma.)
A quién le digo: «Escucha Satanás, que te hagas llamar Miguel no te convierte en Miguel, ¿No te has visto en un espejo?, vestido como romano no sirves a Israel.»
Cambiar el nombre a los dioses paganos poniéndoles nombres santos, no hace a esos dioses santos ni justifica la idolatría.
Esto escrito en 2 Pedro 3:9 es una falsificación romana: Dios hace lo que quiere y logra lo que quiere, Dios no es un fracasado, Dios no quiere que todos se salven, si eso fuera cierto todos se salvarían, Dios quiere que solo se salven los elegidos y ellos no son todos, y los elegidos se salvarán todos:
«2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.»
No todos se arrepentirán de sus malos actos como la idolatría, solo los justos que los cometieron por ignorancia:
Proverbios 29:27 Los justos aborrecen a los malvados, y los malvados aborrecen a los justos.
«Odiaos los unos a los otros como nosotros os hemos odiado a ustedes…, ya pasó antes y pasará otra vez, pero el pacto santo es un evento único y ya esta hecho«
(Salmos 110:5 : Es verdad, y el amigo del Diablo está a mi izquierda…)
Déjame «ayudarte» vocero de Satanás…
«¿Por qué alzas la mano contra tu hermano Satanás?.»
La batalla de Heraclea tuvo lugar en el 280 a. C….
Apocalipsis 6:4 Entonces salió otro caballo, rojo; y al que estaba montado en él se le concedió quitar la paz de la tierra y que los hombres se mataran unos a otros; y se le dio una gran espada.
Proverbios 17:15 El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a Jehová.
2 Tesalonicenses 2:8 se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca. Isaías 11:4 y con el espíritu de sus labios matará al impío.»
La pena de muerte dentro de un marco justo es necesaria que se haga legal, algunos se oponen, entre ellos el Papa Francisco Bergoglio, es que ese tipo no vive como la mayoría de nosotros vivimos: en residencias cuyas calles y avenidas aledañas son con frecuencia visitadas por indeseables quienes armados vienen a asaltar o a extorsionar a capricho, el vive en ese pequeño país de bandera blanca y amarilla con más de cien guardaespaldas, el no enfrenta los peligros diarios que enfrentamos muchos de nosotros a manos de la delincuencia, ¿Qué más nos dirá, que creamos que Lucas 6:29 no es palabra de Roma sino de Dios y que es sabio que no busquemos una manera inteligente de resistirnos (porque hay maneras torpes de resistirse al robo) y obedezcamos lo que allí dice: » Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, no le niegues tampoco la túnica.»?, ¿Qué quiere el Papa?, ¿Quiere que nos dejemos asaltar y golpear por los delincuentes ofreciéndoles nuestras demás pertenencias o nuestras otras mejillas?, yo no estoy de acuerdo con eso, y este es mi estilo de resestir al enemigo, es necesario que haya un cambio de leyes donde se incluyan el castigo con la pena de muerte en casos donde sea lo justo incluirlas. En mi blog tengo argumentos en ese sentido, y no se limitan a eso, incluye demostraciones lógicas de que la Biblia no contiene solo algunas palabras ciertas, si no también mentiras del imperio romano como el amor a los enemigos que son usadas para manipular a las multitudes para disuadirlas de creer que la pena de muerte correctamente aplicada es la solución para los asesinatos, extorsiones, secuestros, violaciones, etc. Vista las publicaciones de mi blog y enterate de más:
No es necesario que me ofrezcas tu otra mejilla, ya estás noqueado.
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